El turismo rural es una actividad turística que se realiza en un espacio rural, habitualmente en pequeñas localidades (menores a los 1.000 o 2.000 habitantes) o fuera del casco urbano en localidades de mayor tamaño. Las instalaciones suelen ser antiguas masías y caseríos que han sido reformados. La inexistencia de una legislación común, e incluso, la falta de legislación en algunas comunidades autónomas, impide resaltar unos rasgos comunes de ésta actividad.
Típicamente, y en algunas zonas de manera obligada, se establecen en edificios históricos o de construcción tradicional de la comarca. La alta proliferación de esta fórmula de turismo está provocando un gran crecimiento de la oferta de estos establecimientos, llegando a la masificación de algunas comarcas, así como la aparición de casos de ejercicio de la actividad de manera poco ortodoxa, ilegal e incluso en condiciones no recomendables.
Típicamente, y en algunas zonas de manera obligada, se establecen en edificios históricos o de construcción tradicional de la comarca. La alta proliferación de esta fórmula de turismo está provocando un gran crecimiento de la oferta de estos establecimientos, llegando a la masificación de algunas comarcas, así como la aparición de casos de ejercicio de la actividad de manera poco ortodoxa, ilegal e incluso en condiciones no recomendables.
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